Empezamos junio con una nueva lista temática que hemos querido dedicar a la más que interesante producción narrativa hispanoamericana de los últimos dos años. En esta difícil selección —son muchas las obras que merecen ser destacadas— conviven obras de voces consagradas como Edgardo Cozarinsky, César Aira o Leonardo Padura, con otras de talentos emergentes (y deslumbrantes) como Camila Sosa Villada o María Fernanda Ampuero o Brenda Navarro. Nos resulta de especial relevancia esta selección por cuanto demuestra que, a pesar de todas la complicaciones derivadas de esta pandemia que marca nuestro presente, la producción literaria en Hispanoamérica no se ha detenido.
Uno de los acontecimientos literarios de los últimos meses ha sido la elección por parte de la revista Granta de los 25 mejores narradores menores de 35 años en lengua española. Si en otoño de 2010 la revista ya eligió a autores hoy consagrados como Andrés Neuman, Samanta Schweblin o Alejandro Zambra, once años después vuelve su selección para poner en valor la obra de jóvenes autores en lengua española entre los que se cuentan la ecuatoriana Mónica Ojeda, la argentina Camila Fabbri, el cubano Carlos Manuel Álvarez o el guatemalteco José Adiak Montoya. La edición que nos ofrece la editorial Candaya, con una serie de textos breves de cada uno de los elegidos, es una forma perfecta de tomarle el pulso al estado de nuestras letras.
Sin alejarnos demasiado del sendero abierto por los nuevos narradores latinoamericanos, debemos deternernos en Paradáis, la nueva novela de Fernanda Melchor. Tras el unánime éxito de crítica cosechado por Temporada de huracanes, Melchor confirma su inimitable capacidad para narrar las lógicas y entramados de la violencia en México. En Paradáis, su particular voz narrativa —elemento distintivo de la prosa de la autora— vuelve sobre sus formas para señalar que, en México, la violencia más cruenta aguarda y se gesta también a la sombra de reductos aislados de lujo y distinción en los que sus habitantes se piensan invulnerables.
Por último, no podemos dejar de destacar la obra finalista del Premio Herralde 2020, Los llanos, del argentino Federico Falco. Conocido hasta ahora por su labor de cuentista, Falco firma su primera novela —tras la nouvelle Cielos de Córdoba—, una historia en la que el duelo del protagonista le conduce a una experiencia genuina de retiro y contacto con la naturaleza.
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