Sí, se puede ser «amigo» de una editorial. Fernando Aínsa lo era para nosotros. Era bien conocido por su trabajo intelectual, crítico y académico, por su poesía, pero para esta casa editorial, además de todas esas cosas ampliamente reconocidas, era un amigo. Presente en nuestras celebraciones, presente en nuestros consejos, presente en nuestras dudas. Evaluó muchos manuscritos para nosotros, siempre generoso y amable con su tiempo y su trabajo. Conocía el mundo editorial, pues había trabajado en este campo para la Unesco, y nos animaba con la labor, aplaudiendo los esfuerzos, los avances, los logros.
Con nosotros publicó dos libros: Del topos al logos: Propuestas de geopoética (2006), una colección de ensayos en torno a la función del espacio en la narrativa latinoamericana y Palabras nómadas: Nueva cartografía de la pertenencia
(2012), donde revisaba la nueva narrativa latinoamericana desde conceptos que aun siguen siendo motivo en paneles de congresos: la condición nomádica del “escritor migratorio”, la literatura transnacional y la noción de pertenencia. Nosotros, a su vez, publicamos el homenaje de más de 900 páginas que el mundo académico dedicó a su obra crítica: El escritor y el intelectual entre dos mundos: Lugares y figuras del desplazamiento, donde las editoras del volumen recordaban que: «Pocos intelectuales se han dedicado con tanto rigor a estudiar y reflexionar sobre América Latina, su pensamiento y las representaciones literarias de su cambiante identidad como lo ha hecho Fernando Aínsa. Con el espíritu de un humanista renacentista de los tiempos modernos, Aínsa ha tendido puentes entre diferentes expresiones culturales y filosóficas de América y Europa a través de una obra ensayística, crítica y creativa, tan plural como abierta.»
Fernando Aínsa fue un reconocido escritor y crítico, pero también parte de la historia de esta editorial, y amigo. Así te recordaremos.
Muchas gracias a la editorial que tanto ha hecho con Fernando Ainsa para que se difundan obras y conocimientos sobre América Latina. Merecido homenaje y reconocimiento a este gran Maestro que, como dijimos en otra oportunidad, recorrió todos los caminos de la cultura de nuestro continente abriéndonos sus puertas con generosa e inteligente prosa de humanista de nuestros tiempos. Gracias, Fernando Ainsa, con el abrazo y la amistad de siempre.
El una pérdida para nuestra cultura, que queda un poco huérfana con la marcha de un maestro que se entregó con generosidad y supo escucharnos en todas las oportunidades que tuvimos de compartir con él. Estoy de acuerdo con Norah. Fernando se marcha, pero no deja una prosa diáfana, llena de vida, cercana a nuestras inquietudes. Abrazo a su viuda Mónica, con toda mi solidaridad.