Hoy se cumplen cien años del nacimiento de Juan Rulfo (Sayula, 1917-Ciudad de México, 1986) y hemos llenado nuestra librería con las últimas novedades publicadas sobre él. Entre estas queremos destacar el estuche conmemorativo, editado por RM, estampado con el logotipo del centenario y que contiene un ejemplar de las tres obras del novelista: Pedro Páramo, El Llano en llamas y El Gallo de Oro y otros relatos. estucheEn el último volumen, el dedicado a los cuentos, se incorporan dos relatos tempranos de Juan Rulfo: “La vida no es muy seria en sus cosas” y “Un pedazo de noche”, e igualmente “Castillo de Teayo”. Asimismo, una carta de Rulfo a Clara Aparicio en la que realiza una dura reflexión sobre la naturaleza de un sistema económico desalmado. Por último, el lector encontrará nueve textos que aparecieron originalmente en Los cuadernos de Juan Rulfo.

También queremos recomendar En pos de Juan Rulfo, de Pol Polpovic Karic (México: Miguel Ángel Porrúa, 2017), que ofrece una visión desde diferentes pespectivas sobre las tramas y las imágenes narrativas plasmadas por el novelista mexicano.

Un volumen que invitará al lector de Rulfo a profundizar en sus obras es el editado por Iberoamericana / Vervuert junto con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y que aparecerá próximamente en las librerías. Se trata de El Llano en llamas, Pedro Páramo y otras obras (En el centenario de su autor), compuesto por quince artículos de la mano de quince especialistas, al cuidado de Pedro Ángel Palou y Francisco Ramírez Santacruz. En ellos encontrará enfoques críticos novedosos que demuestran las inagotables lecturas sobre Rulfo. En este enlace pueden acceder a la ficha de «Más información» y abajo leer un fragmento del artículo de Juan Ángel Palou que, a modo de reflexión ensayística, cierra la obra.

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Alfonso Reyes, mucho antes ya nos había advertido: “Una valoración estricta de la obra de Rulfo tendría que ocuparse, necesariamente, del estilo que este escritor ha logrado manejar, en forma tan diestra, en su extraña novela”. De hecho esta transculturación de la que hemos hablado puede rastrearse en la propia biografía. Sabemos que los primeros textos rulfianos pertenecen a la ciudad y que su primera novela, El hijo del desaliento, de la que solo queda un fragmento no consumido por las llamas, “Un pedazo de noche”, era profundamente autobiográfica, contando la terrible experiencia del transplante de un hijo arrancado del Jalisco rural a la Ciudad de México.
El relato que da título a este texto, por ejemplo, —y que excluyó voluntariamente de El Llano en llamas, el libro que literalmente le arrancó de las manos Efrén Hernández para publicarlo— discute los conflictos de un individuo en la gran ciudad.

Pero es cierto, la vida no es muy seria en sus cosas y Rulfo descubriría ese lenguaje que es mutismo y misterio y que sostiene Pedro Páramo a través de sus reescrituras y destrucciones. ¿Cuántas cuartillas envió Rulfo al basurero? ¿Por qué? Nunca resolveremos el interrogante pero apostemos por una solución: son borradores en la maduración de un estilo que —lo supiera o no conscientemente, es lo de menos— descubre un mecanismo psíquico del hombre de la región de Jalisco que retrata.

Extracto de «Coda. Juan Rulfo: la vida no es muy seria en sus cosas, relectura hecha por un escritor» — Pedro Ángel Palou (Tufts University)