Ortiz Canseco, Marta (ed.) Poesía peruana 1921-1931. Vanguardia + indigenismo + tradición. Madrid / Frankfurt, 2013, Iberoamericana / Vervuert, 272 p., € 19.80
Ortiz Canseco, Marta (ed.)
Poesía peruana 1921-1931. Vanguardia + indigenismo + tradición.
Madrid / Frankfurt, 2013, Iberoamericana / Vervuert, 272 p., € 19.80

*** Les recordamos que este libro se presenta hoy en Casa de América a las 7.30 pm!

Fuente: Revista Letral
Autor: Juan Soros

Trabajamos por tópicos y compartimentos estancos. Conceptos espaciales ambos, el tópico se estanca. Incluso cuando son operativos y reflejan ideas de consenso –por las que ha sido necesario luchar para conseguir establecer espacios críticos representativos– se corre el riesgo de que sean instrumentalizados y se deprecien por un uso acrítico. Dentro del pensamiento en torno a la poesía hispanoamericana ya es un tópico decir que, desde la marginalidad de su origen, la obra de César Vallejo está hoy en el centro del debate crítico. Tanto para los estudiosos como para los lectores y escritores que sitúan su figura como la más importante de la vanguardia y como la más resistente a la epigonía, es una obra cuya singularidad ha irradiado las escrituras más exigentes de las generaciones posteriores. Luego, la relevancia de la obra implica que los estudios vallejianos sean muchos y muy buenos. Varias generaciones de estudiosos le dedican atención a su obra, la debaten y exponen en sus diversos matices. Esto es algo necesario y parece dar sentido a la idea de que la obra de Vallejo se ha instalado en la tradición junto a otros grandes autores que pueden seguir siendo estudiados y, sobre todo, leídos, por generaciones posteriores. Junto a él, en el panorama internacional se suele mencionar al Neruda de la Residencias, a Huidobro o Girondo, y dentro de la poesía peruana siguen presentes y podemos acceder a la lectura de Carlos Oquendo de Amat, César Moro, Emilio Adolfo Westphalen o Martín Adán (de hecho La casa de cartón ha sido recientemente reeditado en España en la colección de narrativa de vanguardia de Barataria). Sin embargo, muchas veces parece que estos autores hubieran existido en el vacío, sin un contexto literario más amplio con el que sus obras dialogaran o por el que fueran interpeladas. Por lo mismo, es de celebrar el esfuerzo realizado por Marta Ortiz Canseco al editar algo tan infrecuente como una antología de un período de tiempo concreto, 1921-1931 (nada menos que casi cien años atrás) sin valerse de criterios generacionales o de una tendencia concreta, revolucionando así las convenciones del género. La idea de “generación” suele ser usada de manera contradictoria; la palabra alude a un criterio cronológico amplio pero en la mayoría de los casos las antologías generacionales representan sólo a un grupo reducido y son sinónimo de una tendencia concreta predominante quizás, no tanto en el periodo, como en las lecturas posteriores que la canonizan, como es el caso del simbolismo en el fin de siglo francés o de la misma vanguardia en Europa y Latinoamerica. En cambio, la antología poesía peruana 1921-1931 se presenta como una mirada sinóptica sobre un periodo clave en la poesía peruana, descrito por Marta Ortiz como “una época convulsa caracterizada más que nunca por la búsqueda de formas y motivos identitarios, porque por primera vez la nación se empieza a concebir como un todo”. Esto rompe con las lógicas antes apuntadas. En este sentido, el enfoque se puede entender como “cultural” y resulta imprescindible, tanto en sí mismo, como para comprender las obras que han sido destacadas más allá de su contexto como la del mismo Vallejo o los más destacados vanguardistas. Como dice su editora este trabajo cumple la doble función de “ser reflejo de una década en movimiento” pero también de permitir una lectura de los autores canónicos en su contexto y no “en un espacio vacío, en un contexto indeterminado.” Como dice Ortiz, su campo de selección fue “los libros publicados en esa década que circulaban entre los poetas” en Perú. Por lo mismo, la editora justifica que entre los veintiocho autores seleccionados César Moro y Emilio Adolfo Westphalen no estén incluidos –para evitar la crítica por la ausencia de estos poetas, para algunos, indisociables de la vanguardia peruana– a pesar de que efectivamente sus obras no coinciden con el periodo y los parámetros de selección. Estas ausencias no sólo están justificadas críticamente sino que también son necesarias cuando lo que se pretende es justamente no cambiar u oponerse a un paradigma sino aportar una perspectiva inédita al debate, la del propio campo cultural. Esto resulta especialmente significativo si pensamos que, como dice Ortiz, “lo que hoy se considera la gran poesía peruana de aquel momento, poco tiene que ver con la visión que los autores de la época tenían de sus compatriotas”.
Cuando Ortiz dice que “buena parte de la selección aquí presentada responde a ideas estéticas muy conservadoras”, nos da idea de la recepción que la vanguardia y el indigenismo pudieron tener en ese contexto cultural desde la periferia. Actualmente revistas como Amauta o el Boletín Tikikaka ocupan el centro de la atención investigadora pero en su momento no tuvieron esa importancia central en términos de presencia cultural ya que compartían el espacio con otros muchos medios. Por lo mismo, el subtítulo de la antología, siendo poco “filológico”, es tremendamente acertado y sintético: vanguardia + indigenismo + tradición. Quizás la única paradoja de este subtítulo es que, de acuerdo con la idea de Octavio Paz de la “tradición de la ruptura” o la teoría de Peter Bürger sobre vanguardia y neovanguardia, tanto vanguardia como indigenismo serán absorbidas por la tradición. Por lo tanto, es paradójico que el tercer término –el que menor interés ha suscitado por parte de la crítica que se ocupa del periodo– sea el que de alguna manera fagocita a los dos anteriores en el tiempo. Por supuesto, no hay otro término que sintetice mejor que “tradición” lo que en ese momento no era ni vanguardia ni indigenismo: tradición en el sentido de una poesía conservadora y convencional. Pero esta es otra cuestión. Sin duda, el debate que abre Marta Ortiz con la publicación de poesía peruana 1921-1931 será de gran interés tanto para los especialistas en literatura peruana como para los especialistas en Vallejo, y el libro será también una puerta para el lector de poesía para conocer la rica escena de la época y las problemáticas de esas dos tendencias tan complejas como ricas conceptualmente que son la vanguardia y el indigenismo.