Trevor Dadson y Helen Reed, autores de una de nuestras novedades, Epistolario e historia documental de Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, han accedido amablemente a responder a unas preguntas que el editor del libro, Simón Bernal, les ha formulado. El fantástico resultado lo tienen a continuación. ¡Gracias!

1. La figura de la princesa de Éboli es, seguramente, una de las más populares de la historia moderna de España. Usualmente vista como una suerte de femme fatele avant la lettre, ¿hasta qué punto es cierta esta imagen que la literatura ha popularizado de la Éboli a la luz de la enorme documentación que dais a conocer en este libro?

IMG_6949 (4) Trevor Dadson: Yo creo que la imagen tradicional de la princesa necesita una profunda revisión a la luz de este libro. Hay muchos lugares comunes sobre ella que son francamente incorrectos. En la Introducción mencionamos bastantes de ellos y lo que nuestro libro aporta para dar una imagen más verdadera de doña Ana. Como decimos allí, no hace falta convertir la vida de la princesa de Éboli en novela o historia novelada, su propia vida fue tan o más interesante que cualquier ficcionalización de ella.

Helen Reed: Probablemente el mito de la princesa seguirá igual que antes entre los que prefieran seguir creyéndolo. Para los dispuestos a aprender o cambiar de ideas, aquí tenemos materia nueva para dar a conocer diferentes aspectos de su vida y carácter en más detalle que nunca; por ejemplo, su religiosidad, su papel como madre y como administradora y duquesa de Pastrana, sus experiencias en la corte y la cárcel, y su valentía para seguir luchando por sus derechos legales y su misma vida contra el rey. Además, sabemos mucho más por estas cartas y documentos sobre cómo era su vida cotidiana en diferentes etapas de su existencia.

2. ¿Qué otros descubrimientos biográficos de importancia sobre la princesa aparecen en el libro?

Trevor Dadson: Vemos que aprendió con el tiempo a administrar y gobernar bien sus estados y rentas, ayudada, por supuesto, por unos criados dejados por su marido, Ruy Gómez de Silva, de alto calibre. Esto va en contra de la idea tradicional de una mujer derrochadora, que no sabía administrar sus estados, etc.

Entre las cartas que hemos encontrado hay unas cuantas de la princesa a Juan de Escobedo de gran interés para su biografía; tradicionalmente, se ha acusado a la princesa de ser copartícipe, con Antonio Pérez, en el asesinato de Escobedo. Sin embargo, estas nuevas cartas revelan una amistad y confianza mutua entre doña Ana y Escobedo que hace harto difícil imaginar que ella habría participado en su asesinato. No demuestran que no lo podía haber hecho, pero levantan dudas sobre su papel en él.

Las cartas a su hijo favorito, Diego, son también fascinantes, y aquí se reproducen por primera vez.

Madrid_Cordoba_Sep09_023Helen Reed: Algunos documentos también revelan mucho sobre su relación con Antonio Pérez. Muestran cómo le apoyaba económicamente con maniobras financieras en Italia y prestamistas fuera del control de Felipe II y cómo se mantenían en contacto con sus amigos y sirvientes, y a través de ellos, seguramente con él. Por ejemplo, el gran escritor Álamos de Barrientos, amigo y abogado de Pérez, la visitaba en Pastrana en la época de su prisión. También dan a conocer mucho sobre ella como madre y sobre su relación con sus seis hijos, especialmente con don Diego, su favorito, con quien se carteaba a menudo, pero también con los otros. Por ejemplo, su hija mayor, Ana, se casó con el duque de Medina Sidonia y fue a vivir a Sanlúcar con su suegra a los 13 años. ¡Cuántas madres del Renacimiento sufrían pensando en sus hijas apenas adolescentes viviendo lejos de ellas! !Y cuánto más sufrían esta madre e hija por la muerte de Ruy Gómez y su pérdida de influencia en el mundo, evidenciada por las quejas de las dos del maltrato que sufría la niña en casa de su marido! Como ha destacado Trevor, por el descubrimiento de nuevas cartas se ha profundizado mucho lo que sabemos sobre su íntima amistad desde niña con Juan de Escobedo y también la amistad de ella y su familia con los Colonna, especialmente Ascanio, el arzobispo Quiroga, y otras figures históricas importantes.

3. Tras la exhaustiva búsqueda de documentos manuscritos de la princesa (o dados a escribir por ella), ¿consideráis que la investigación ha dado todo lo que podría de sí o aún existe la posibilidad de hallar nuevo material inédito?

Helen Reed: Estoy segura de que quedan más cartas por encontrar y otras que se han destruido o perdido para siempre. Espero que nuestro libro anime la búsqueda de más cartas por lo que hemos sugerido en la introducción y por haber incluido en él bastantes imágenes de cartas autógrafas y documentos con su firma. Así otros investigadores pueden reconocer fácilmente su letra y firma tan especiales.

Trevor Dadson: Siempre puede quedar documentación sobre la princesa que no hemos encontrado. Seguramente, aún quedan cartas autógrafas de ella en algunos archivos, incluso en archivos que hemos visitado y rastreado. ¿Dónde están las cartas que escribió a sus hijos y parientes? ¿Dónde las que escribió a su madre en la década de 1560? ¿Dónde las que escribiría al duque de Medina Sidonia, su yerno, para que la liberasen de su encarcelamiento? En la Introducción al libro hemos enumerado las cartas que sabemos que existieron pero que ahora han desaparecido. Luego estarán todas las que escribió pero de las que no sabemos nada. Lo que está claro es que carteaba con mucha gente con mucha frecuencia.

4. Dada la popularidad de la Éboli entre el gran público y el carácter académico de vuestro libro, ¿creéis que éste puede estar indicado para todo tipo de personas o es sólo una publicación para especialistas?

Helen Reed: Es un libro de consulta para dar a conocer y explicar documentos nunca publicados antes con otros ya conocidos para que los interesados puedan tener en un lugar toda la información ahora disponible. Creo que puede interesar a mucha gente especialista o no como libro de consulta y que muchos van a querer, por lo menos, hojear el libro por curiosidad. Por eso creo que debe de tener un lugar en muchas bibliotecas universitarias.

Trevor Dadson: Obviamente es un libro académico, con mucha documentación que solamente interesará a los especialistas, pero al mismo tiempo tiene interés para todos los que se interesan en esa época y en la figura de la princesa de Éboli. Estoy pensando en particular en sus cartas, que es donde más vemos el carácter de esa mujer indómita. Allí oímos su voz, tan suya, tan fuerte, tan idiomática. Es una voz que nos llega hoy en día con la misma fuerza que entonces.521687

5. Recientemente pasé por Pinto y me llamó la atención la profusión de comercios que llevaban en el nombre “princesa de Éboli”. Teniendo en cuenta la marginal importancia de la localidad en la vida de la princesa (apenas estuvo allí encarcelada dos años, de 1579 a 1581), ¿cómo interpretáis este curioso uso de un personaje histórico en la vida cotidiana actual?

Trevor Dadson: Gracias a los libros, las películas y las series televisivas sobre su persona, se ha hecho muy famosa, muy conocida, normalmente por razones que poco tienen que ver con su verdadera persona histórica. Se ha convertido en un icono de y para las mujeres, especialmente teniendo en cuenta que jamás pudo defenderse contra los cargos que se le imputaban (por otro lado desconocidos tanto por nosotros como por ella misma). Es decir, fue injustamente encarcelada sin un juicio previo, sin cargos, y sin la posibilidad de poder defenderse. Fue encerrada, o más bien enterrada en vida, no sabemos por qué. Y esto le da un aura de misterio y garantiza nuestra compasión hacia ella.

Además, con el parche que llevaba es inmediatamente reconocible. Todo el mundo sabe que es ella sin que sepan mucho o nada sobre ella. Por eso es un icono que ha sobrepasado su propia figura.

Helen Reed: El capitán Rodrigo Manuel arrestó a la princesa por orden de Felipe II y la llevó a Pinto a medianoche el 8 de Julio de 1579. La trasladó a San Torcaz en febrero de 1580. Así ella logró salir de Pinto, un lugar, según decía la gente, de donde nadie salía viva. La historia es bien dramática y acogedora. Es interesante que haya varios comercios en Pinto que llevan su nombre. Había oído de un hotel con su nombre pero no de los otros. También ha habido y hay comercios en Madrid nombrados por la princesa, como la Cervecería Princesa de Éboli en la Plaza Mayor y el Bar Princesa de Éboli en la misma calle Huertas (Se cerró hace tiempo ya). La imagen de ella, por su belleza y el parche tan emblemático, ha fascinado al público tanto como los mitos y realidad de su vida. Es más famosa hoy que nunca.

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