
Fernando Larraz es un joven investigador español con notables publicaciones a sus espaldas: Una historia transatlántica del libro. Relaciones editoriales entre España y América Latina (1936-1950) (Trea, 2010) es su libro más reciente. Antes publicó El monopolio de la palabra. El exilio intelectual en la España franquista. (Biblioteca Nueva, 2009). Recientemente coordinó para nuestra revista, Iberoamericana (Nº 47, setiembre 2012) el dossier «Exilio republicano e historiografía: nuevas lecturas«, junto con José Ramón López García. El índice puede verse aquí. Ahora ha tenido la gentileza de responder a nuestro cuestionario; esperamos que lo disfruten.

¿Podrías mencionar algún libro u obra que te haya marcado como intelectual?
Por citar un ensayo que he releído con frecuencia, se me ocurre enseguida El arte de la novela, de Milan Kundera, tan brillante en mi opinión —aunque menos conocido— como su obra narrativa. Aborda con extraordinaria lucidez qué es la modernidad y en qué consiste la modernidad literaria desde Cervantes; recuerdo cuándo lo leí por primera vez y el impacto que tuvo sobre mi concepción de qué es la literatura y, sobre todo, de qué es la novela. Me han interesado algunos críticos, teóricos y sociólogos de la literatura del siglo XX, desde Lukács a Bourdieu, que en distintos momentos, han influido sobre mi conciencia del hecho literario.
¿Cuál sería exactamente tu campo de estudio y cómo crees que éste se despliega en la actualidad? ¿Podrías indicar líneas, vectores de fuerza, fracturas? ¿Qué libros o autores ocupan qué zonas? ¿Podrías precisar tu mapa mental del campo?
Me he dedicado, preferentemente, a tres líneas de investigación: la historia de la edición en español desde los años cuarenta, la cultura del exilio republicano de 1939 y la novela española actual. De la primera de estas líneas, cabe decir que existen trabajos muy esclarecedores sobre el campo editorial en lengua española de los últimos cien años. La mayoría de estos trabajos son recientes, pero creo que todavía no se ha conseguido dotar a esta parcela de la cultura española de la visibilidad suficiente dentro del mundo académico. Por otra parte, la mayor parte de trabajos no han conseguido traspasar las barreras interdisciplinares y sería necesario hacer aportaciones desde el campo de la historia de la literatura para llenar los importantes huecos que van dejando los historiadores generalistas al tratar el proceso de formalización del editor, las restricciones para difundir una obra, la historia de las casas editoriales… Son temas que tienen un peso fundamental sobre la formación de la cultura escrita y sobre su difusión que, sin embargo, no están presentes en las historias literarias o en los programas de estudio universitarios. Algo parecido puede decirse de la cultura del exilio de 1939, todavía insuficientemente conocida pese al trabajo sostenido de reedición, actualización e investigación en los últimos años. Además del estudio de algunos autores concretos, mi interés va sobre todo por la recepción anómala de estas obras debido a los obstáculos políticos. Me parece que la literatura del exilio, desde su excepcionalidad, proyecta una luz no aprovechada sobre la literatura española el siglo XX por lo que, aparte de la necesidad de profundizar en el estudio de obras y autores sorprendentemente desconocidos, es preciso abordar con resolución la forma de estudiar desde la historiografía la relación de este corpus excepcional dentro de la cultura dominante —la del interior— y con la tradición literaria española del siglo XX. Algunos de los trabajos historiográficos recientes son, en este sentido, decepcionantes. Afortunadamente, coincido en esta inquietud con otros investigadores y creo que es posible llevar a buen puerto la tarea colectiva de repensar, desde el caso paradigmático del exilio, cómo se ha escrito la historia literaria española el siglo pasado.

¿Con qué obras crees que dialoga tu obra? O, dicho de otro modo, ¿con qué libros te gustaría que dialogara tu libro? ¿Quiénes serían tus interlocutores?
Por no extenderme, me ceñiré en mi respuesta únicamente a la línea sobre el exilio literario. Me parece que son títulos clave algunos trabajos de gran altura y de osadía intelectual, como El exilio de 1939, de Francisco Caudet; Exile and Cultural Hegemony, de Sebastian Faaber; y, sobre todo, Tiempo de exilio, de Mari Paz Balibrea. Junto a ellos, algunos estudios y ensayos de autores como Michael Ugarte (Literatura española en el exilio), Carlos Blanco Aguinaga (Ensayos sobre literatura del exilio español). En el campo de la historiografía, creo que ninguna obra ha problematizado las cuestiones que a mí me interesan con la profundidad de Ignacio Soldevila Durante en la magnífica, insuperada y, desgraciadamente, inacabada Historia de la novela española (1936-2000). Todos ellos conforman una parte sustancial del corpus que me ha hecho reflexionar más detenidamente sobre la problemática inserción de la literatura del exilio en la cultura española.
¿Participas de alguna plataforma institucional para dar a conocer tu trabajo y conocer el de tus colegas? ¿Consideras que tiene algún impacto en tu trabajo?
Soy miembro del GEXEL (Grupo de Estudios del Exilio Literario), de la Universidad Autónoma de Barcelona, foco de actividad principal en los estudios de la literatura del exilio, que en este 2013 cumple su vigésimo aniversario. Su página web se actualiza con regularidad y da cumplida noticias de novedades bibliográficas, de las actividades académicas relacionadas con el exilio y de las publicaciones de sus miembros. No sé el impacto que pueda tener; dependerá de las visitas que reciba. Se me ocurre nombrar, además, la revista digital Represura, en cuyo primer número de 2013 voy a publicar una presentación de mi libro de próxima publicación sobre la censura franquista, así como una recopilación de expedientes de la censura transcritos.
¿Tienes un blog? ¿Nos recomiendas alguno?
No, no tengo ningún blog y tampoco soy lector asiduo de ninguno. Sigo leyendo con mucha mayor recurrencia revistas y suplementos culturales impresos. No obstante, consulto ocasionalmente algunos blogs que me parecen especialmente interesantes. Puedo citar tres de ellos: en primer lugar, Los futuros del libro, de Joaquín Rodríguez, que reúne textos de indudable altura intelectual por la perspicacia de sus análisis y por la erudición que demuestran. Las críticas y comentarios de Fernando Valls en La nave de los locos son de sobresaliente agudeza. Y muy recientemente he conocido un blog de excelente calidad sobre la historia editorial de la literatura española en el siglo XX, titulado Negritasycursivas, cuyo autor, Josep Mengual, demuestra ser un profundo conocedor del tema.
Se agradece el piropo. Y conociendo «Una historia transatlántica del libro» es como esperar con ansiedad la publicación de ese libro sobre censura franquista. Con José Ramón López García y algunos otros que nombra Fernando, la calidad de la investigación sobre nuestra historia cultural parece asegurada.
Muy interesante la investigación de Fernando Larraz. Mis felicitaciones.